Una visión del progreso tras conocer que hay personas en riesgo de fallecer sin haber podido ver las estrellas…
Con este poema abro "Trampas al solitario", aunque la primera estrofa pretende anticipar lo que cuentan el resto de sus páginas.
Lo esencial es
invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse-.
Antoine
de Saint-Exupéry
RECUERDA, PRINCIPITO
Pasó sin suceder o pasará mañana.
Hay cosas que no ocurren pero luego
hacen daño. Lo cuento por si acaso.
Por si a veces o siempre. Lo cuento
por si asumes
como cierto el periódico. En fin, mejor
digamos:
No debió suceder en un futuro.
Ni por supuesto en México.
Gilberto se acordó del viejecito.
Qué iluso, enfermo, viudo. Qué
chingado su viejo.
Tan bueno como pobre. Recordaba
sus últimas palabras. Su mirada en las
nubes.
-
Gilberto, ven conmigo. Mira. Nunca olvides
que
encima de esa nada se ocultan las estrellas.
Ojalá
puedas verlas algún día.
- Tengo
hambre, padre. Déjese de cuentos.
Es
tarde y hace frío.
-
Escúchame, Gilberto.
Sé que
eres duro y sabrás defenderte
pero
nos quieren ciegos, como al cielo.
Todo es
humo. No olvides las estrellas. Recuerda
que hay
un más allá que no ven tus ojos.
El
progreso ha ensuciado la mirada del mundo.
-
Padre, entremos. Tengo hambre y hace frío.
No dijo más. Sus párpados se negaron.
Dos años después, hoy,
Gilberto tiene siete y sonríe
orgulloso.
Qué agorero. Qué loco. Qué chingado su
viejo.
Tan bueno como pobre.
Esto piensa Gilberto mientras mira
y amplía las estrellas en la pantalla
táctil
de su smartphone robado.
1 comentario:
Gran poema, como todos los tuyos. Me gusta ese lenguaje directo y pegado con espontaneidad a la calle. Salud.
Publicar un comentario